viernes, 21 de marzo de 2014

La pantera rosa




¿Quién no ha visto la pantera rosa? si, la pantera rosa, ése gentleman británico místico color rosado elegante que no habló hasta 1993 (bueno, okay, si había hablado unas cuantas veces en la serie original, pero le agregaron voz definitivamente hasta esa fecha, lo que no agradó a muchos de sus fans).


Hoy en la tarde estábamos tomando café con mi papá y en la televisión se proyectó la serie The pink panther show (el show de la pantera rosa). En lo particular, ésta es mi serie de dibujos animados favorita. Vimos un episodio del inspector clouseau y como siempre, nos reímos de sus disparates. Sus dibujos son simples y lo que la hace graciosa son los diálogos, creo que me encanta porque de algún modo me transporta a mi niñez.


Al terminar el programa, mi padre me contó los orígenes de la Pantera rosa. Resulta que en 1963, en el estreno de la película, (que esencialmente trata sobre un diamante rosado y el robo del mismo) causó furor  el final donde enfocan el diamante robado y de pronto sale un ojo - el ojo de la pantera rosa- y luego salió ella, caminando de espaldas al público. Algo sencillo, pero impactante y novedoso, la pantera rosa nació para combinar el dibujo animado con el título de la película. Tanta conmoción logró éste desenlace,  que la pantera rosa salió incluso en la portada de la revista Times y luego hicieron un cortometraje animado llamado The Pink Phink, que ganó el oscar a mejor cortometraje animado.




Blake Edwards encargó a Friz Freleng (creador de Bugs Bunny, Porky Pig, Piolín, El gato Silvestre, Sam Bigotes y Speedy Gonzales, entre otros) que crease un dibujo animado y sólo le pidió tres cosas: que fuera graciosa, muda y de color rosa. El creador de la pantera rosa, sin saberlo, dió inicio a un nuevo estilo de dibujos animados. 

Lo que me llamó la atención es que la pelicula es anglo-estadounidense. Llegamos a la conclusión con mi papá que ahora es común en el cine de comercial de hollywood ver poca trama y diálogos con millones de efectos especiales, carreras de autos y explosiones. Pero no todo está perdido en la animación, gracias a pixar, warner brothers, disney entre otras.

En el año 2006 hicieron una nueva versión de la película con Steve Martin, pero a mi en lo personal, me gusta la versión original al igual que la serie animada.

Si, la pantera rosa y el inspector clouseau son geniales. No digan si, digan oui.


miércoles, 12 de marzo de 2014

Little miss sunshine


Todas las familias son un universo: algunos pueden ser locos, otros indiferentes, otros más serenos. Recuerdo que en el 2006 ví la película Little miss sunshine de Jonathan Dayton y Valerie Faris. Ésta ganó el oscar a mejor guión y mejor actor de reparto (Alan Arkin), además de haber sido nominada para otros dos, por cierto, bien merecidos.
Little miss sunshine trata sobre un viaje que hacen los Hoover, una familia americana disfuncional hacia un concurso de belleza de niñas y todos los inconvenientes que surgen en el camino. Durante el trayecto, la película muestra esas uniones invisibles presentes en todas las familias. Extraños lazos familiares en los que aunque se saquen la madre, se griten o insulten, siempre se preocuparán unos de otros, de algún modo. Retrata también cómo a veces luchamos tanto por pertenecer a algo que no sea necesariamente lo mejor para cada uno. Critica también a los concursos de belleza infantiles, donde las madres hacen crecer a sus hijas por dinero. Cuando vi la película, me identifiqué mucho con Dwayne: un adolescente amante de Nietsche que lucha contra el mundo y como no logra encontrar lógica en su vida y familia, decide dejar de hablar hasta que encuentre una razón para hacerlo. 

Recuerdo una escena de la película, donde Dwayne, le habla a su tio Frank y dice: 

- A veces desearía poder dormir hasta los 18 años, saltarme toda esta mierda, el instituto y todo lo demás, saltármelo todo.

El tio Frank le responde: - ¿sabes quien es Marcel Proust?"

-¿Es ese del que enseñas?

- Si, es un escritor francés. Un auténtico fracasado. Nunca tuvo trabajo, sus amores fueron un desastre, gay, estuvo veinte años escribiendo un libro que ya casi lee pero quizá sea el mejor escritor desde Shakespeare. En fin, llegó al final de su vida, echó la vista atrás y decidió que todos esos años que sufrió fueron los mejores de su vida porque lo moldearon, de los años felices no aprendió nada.

Ésa fué mi adolescencia. Una lucha interna contra el mundo, inconformidad, música y refugio en libros en lugar de amistades. Si, yo también deseé que pasaran los años rápido. Si, yo también tuve que volver a hablar. Al final, los que estuvieron alli por mí fueron mis hermanos, mi padre y mi madre, con sus defectos y virtudes, como todos. Aunque hubiera deseado tener un abuelo tan buena onda como Alan Arkin. Eso sí, también tuvimos un carro que se arruinaba siempre que nos urgía estar en algún lugar. 


Recuerdo cómo reímos a mas no poder por la bocina del carro que jamás se detuvo.



martes, 25 de febrero de 2014

El cine, mi padre y yo

De pequeña el cine ha estado presente en mi vida gracias a mi papá. Él es el cuarto de seis hijos que tuvo mi abuela. Se imaginan, seis hijos varones en una casa grande de la zona 1 sobre la sexta avenida. No los aguantaba. Mi abuelo era médico y como todo médico padre de familia, se encerraba en el trabajo y le dejaba la tarea de corregir y aguantar a los hijos. Mi abuela, mujer práctica, los enviaba al cine a ver películas, en aquel tiempo donde había cine de permanencia voluntaria. Cuando los poporopos no los vendían en combos, la entrada no costaba treinta quetzales y no existía el 3D o el 4D. Mi papá vivió el final de la época de musicales, del cine de oro mexicano. Aquellas producciones que no tenían efectos especiales estrambóticos. Donde el público aún conservaba el asombro ante lo desconocido con aquellos visionarios que pensaron más allá de los limites terrestres y se fueron al espacio sin necesidad de equipos sofisticados. Cuando los personajes animados eran obras de arte hechas a mano, el conde drácula chupaba sangre en color blanco y negro e ir a un motel con Hitchcock podía volverse una pesadilla.





Yo nací en otra época. Una donde Steven Spielberg nos trajo a los dinosaurios y George Lucas nos llevó a templos perdidos y áreas selváticas. Con el tiempo, al espacio también, sólo que con efectos especiales. Nací en una época donde la tecnología forma parte de la cotidianidad y se ha visto reflejada en las películas. Donde los niños ya no sólo piden peliculas de dibujos animados sino monstruos de computadora y los dibujos animados cada día son mas semejantes a la realidad. No digo que esté mal, es sólo que mi papá vivió un cine con producciones  románticas como casa blanca, lo que el viento se llevó, la dolce vita, breakfast at tiffany´s. Conoció actores extraordinarios como Clark Gable, Greta Garbo, Humphrey Bogart, Ingrid Bergman, Brigitte Bardot, Catherine Deneuve, entre otros. Tuvo la fortuna de ver estrenos de películas de  directores de cine como Milos Foreman, Stanley Kubrick, Roman Polanski, Luis Buñuel, Igmar Bergman, por mencionar algunos. En un tiempo donde algunos actores no sólo actuaban. También cantaban y bailaban.

Mi papá ha evolucionado junto al cine y yo, he aprendido de él. Desde pequeña con mis hermanos acompañamos a mis papás a recordar películas de su infancia y adolescencia. Creo que mis padres vivieron la época romántica y experimental del cine donde los diálogos y la trama de la historia eran muy importantes. Hoy en dia me sorprendo de la tendencia en el cine de reciclar algunos temas. Falta de imaginación, supongo. Mi padres son, los causantes que éste sea uno de mis  tópicos de conversación. Es usual que estemos en el carro o en la mesa del comedor y hablemos del séptimo arte, aunque mi mamá prefiere no participar mucho cuando se trata de cine actual, cuando hablamos del cine que ellos vivieron, resulta ser que son esos momentos en los cuales estamos más unidos de lo que pensamos.